PSICOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
La psicología estudia los fenómenos
de la conciencia y el inconsciente (sensaciones, instintos, reflejos, inteligencia,
etc.) con el objeto de explicar el comportamiento de un individuo cualquiera;
tiene íntimas relaciones con las ciencias biológicas, físicas
y sociales.
Los métodos experimentales se llevaron
a cabo desde el s. XlX y dieron origen a toda una ciencia nueva (siquiatría).
La psicología puede ser aplicada a las
diferentes ramas de la actividad profesional o a las diferentes edades.
La psicología puede ser:
-
Comparada: compara el comportamiento del hombre con el de tal o cual animal,
el del hombre sano con el hombre enfermo, etc.
-
Económica: la que aborda el estudio de la economía desde
un ángulo subjetivo.
-
Experimental: la que emplea en la investigación los métodos
experimentales y de laboratorio de las ciencias naturales.
-
Fisiológica: la que considera los aspectos fisiológicos de
los fenómenos psíquicos.
-
Patológica: la que se ocupa de la conducta que se aparta de la considerada
normal.
El estudio y observación de los individuos
ha hecho que, en líneas generales, se les pudiese
clasificar en cierto número de categorías que ofrecen
una ayuda para la descripción y el conocimiento del ser humano.
Gracias a esto podemos llegar a concluir diagnósticos válidos
sobre la personalidad de cada persona, ya que facilitan el conocimiento
y comprensión de los individuos permitiendo ayuda rápida.
Se han formado grupos perfectamente definidos; el más
importante señala el humor del individuo y son:
DEPRESIVOS
Son los que ven la vida de un ángulo
escéptico y sumamente negativo. En el fondo niegan la vida y carecen
de capacidad para sentirse alegres. Por lo general son personas rígidas,
reservadas y silenciosas. Dentro de este grupo están:
-
Los sombríos: llenos de ternura, buenos, sensibles y comprensivos,
pero vacilantes ante sus deberes y los acontecimientos inesperados.
-
Los morosos: son fríos, egoístas, gruñones e irritables,
a veces malintencionados y otras tan pesimistas que parecen alegrarse con
las cosas que van mal.
-
Los desconfiados: señalan características paranoicas, siempre
descontentos y heridos, replegándose en sí en cuanto alguien
atenta ligeramente contra su dignidad.
-
Los camuflados: son hombres de acción, pero dudan de su propia eficacia,
y se dedican a rumiar lo que se piensa de ellos. En este grupo de sujetos
tranquilos, adictos al trabajo, preocupados por su deber y dotados de filantropía,
entran gran número de artistas y creadores.
HIPERTÍMICOS
Son lo contrario de los depresivos. Desbordan
vitalidad; por lo general poseen magnifico humor, y son expansivos y muy
activos. Físicamente responden al temperamento sanguíneo;
anchos, rollizos, siempre ocupados y jamás quietos en un sitio.
Comedores, bebedores, sibaritas y un tanto ?pecadores? en todos los terrenos.
Socialmente son alegres, amantes de hacer amigos
por todas partes, de buena fe y cumplidores de su palabra, su lenguaje
es directo y de tonos subidos, pero con los que nunca se puede reñir.
Mentalmente son de un optimismo indestructible. Inteligentes, rápidos,
pero un poco superficiales y alocados, por lo que a pesar de ser agradables
y eficaces, siempre presentan cierto desequilibrio en el ambiente en que
viven.
En este grupo se encuentran:
-
Los apasionados: cuya exaltación emocional suele ser episódica,
tal como si quedaran subyugados con alguna idea o circunstancia. Su obsesión
se desarrolla lo mismo respecto a seres, a objetos como dominio intelectual
(pasión amorosa, celos, odio, avaricia, juego o afán coleccionista).
Tanto el artista como el sabio son con frecuencia seres
apasionados, lo mismo que los místicos, utopistas sociales y ciertos
políticos. Hay apasionados que hoy lo son de cualquier tontería
y mañana de otra. Así sucede que su inestabilidad tan pronto
se refleja como una pasión violenta por algo como se muda de la
razón más insignificante, convirtiéndose en otra pasión
exagerada y tiránica como la anterior.
-
Los que desarrollan gran actividad física: encuadra al clásico
entrometido que no sé esta quieto en ningún lado. Sus reacciones
son primarias: el sujeto apenas si reflexiona. Siempre que estalla afectivamente
lo hace en forma benevolente o con malevolencia, sus respuestas son abruptas
y sus reacciones impulsivas.
Según su agitación física, emocional
o intelectual, señalara tres caracteres bien definidos: los agitados
físicos, entrometidos, inquietos; los sentimentales, siempre necesitados
de aventuras sentimentales, los clásicos donjuanes y presos de gran
exaltación afectiva; y los intelectuales, siempre a la caza de novedades
y apasionándose por todo sin asentarse en nada, muy eruditos pero
poco realizadores.
-
Los asténicos: son los que examinan y controlan continuamente sus
funciones y las perturban de golpe. Resulta un maniático de la introspección,
que no hace más que mirarse en vez de volverse al exterior. Las
pequeñas indisposiciones habituales a todo el mundo y que
normalmente no les presta atención, para ellos constituyen una continua
preocupación obsesiva.
-
Los violentos: gente que entra de inmediato en acción, no
por simple irritabilidad, sino por una profunda participación de
la esfera emotiva y afectiva en estado de congestión, por lo que
pasan brutalmente el acto, sin freno y con tanta violencia como resistencia
hallen en el obstáculo.
-
Los explosivos: sujetos de gran capacidad afectiva. Se entregan por
completo a sus sentimientos más recónditos e ideas, pero
al mismo tiempo son posesivos, tiránicos e imperativos. Montan en
cólera ante la menor amenaza de peligro a sus bienes o a su autoridad.
Esta violencia puede ser destructiva e incluso peligrosa y desproporcionada
con el motivo o la causa que la provoca. Durante la crisis el sujeto se
pone colorado, se congestiona, los ojos se le inyectan en sangre y mantiene
apretados los puños. Su palabra se hace confusa y su tono grosero.
De repente cesa su enervamiento y se siente avergonzado por lo que acaba
de decir y lamenta su cólera.
Son frecuentes los celos, que responden al miedo de
ser desposeídos. También es frecuente el alcoholismo. Son
fogosos, independientes, testarudos, con una vida llena de complicaciones.
En sus momentos de cólera tienden a hacer destrozos materiales,
perpetrar crímenes pasionales. Sin embargo, con frecuencia son poseídos
por buenos sentimientos.
APATICOS
Son esencialmente fríos, de difícil
emotividad, que solo comprenden las emociones en el plano estrictamente
intelectual, al margen de todo sentimiento de alegría o de tristeza,
poseen una moral más intelectual que sentimental, y se supeditan
más a la letra que al espíritu de la vida.
Suelen ser intransigentes consigo mismo, y
se conducen más por el deber que por afecto. Son hombres inflexibles,
y suelen extrañarse de que se les tenga miedo y no se les quiera.
Su concepto del deber puede llevarlos a puestos de alta jerarquía;
pero también se da entre ellos el típico asocial, moralmente
infantil e insensible al honor y al menor sentimiento de pudor. Entre este
tipo de personas suelen darse grandes jefes, muchos verdugos, bastantes
delincuentes, así como criminales y alineados morales.
HIPEREMOTIVOS
Aquellos cuyas reacciones no guardan proporción
con el estímulo recibido. Experimentan perturbaciones de la vida
vegetativa (palidecen o enrojecen, sufren angustia, diarreas, sudan copiosamente)
o bien alteraciones psíquicas (confusión y miedo al fracaso).
Siempre están sobreexcitados, con cambios continuos de humor, sufren
alteraciones tanto de rubor como de palidez, pulso inestable, y sensación
de angustia con opresión en la garganta y en la nuez. Sin embargo
muchos logran control de sí mismos y resultan tipos de gran valor,
dada a su gran sensibilidad.
(PSICOPATA)
?LA CONDUCTA SE AJUSTA A LAS CONDICIONES
IMPERANTES DEL MEDIO?
Datos sobre el paciente
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